Esperanza en las Fragas (I)

Hoy que el noventa por ciento de los telediarios han eliminado de sus cabeceras cualquier tipo de mención a las Fragas del Eume, continúo una serie de entradas dedicadas al Parque con la intención de hacer llegar imágenes sobre su estado a todos aquellos que aman estos parajes. Así, y en las diferentes escapadas que el tiempo me permita realizar, acercaré la grandeza de sus más de nueve mil hectáreas mostrando su vida y enseñando su daño. Porque hoy he visto motivos para la esperanza, pero también me he encontrado con profundas heridas.

Desde el momento en que visioné el video de la bajada por la carretera de As Neves  en la red y el paraje desolador que se mostraba a cada lado de la calzada, un pensamiento no cesaba de acudir a mi mente: ¿por qué las imágenes se interrumpían ahí, justo antes de llegar al puente sobre el Eume que separa el Ayuntamiento de A Capela del Ayuntamiento de Monfero? Dos respuestas se me antojaban a esa pregunta. O  bien que el desastre de la zona era tal que todavía estaban operando en ella y no se permitía el acceso, o bien que estaba en buen estado y no había sido considerada noticia. Con la intención de descubrirlo, y consciente de que hasta que no tengamos una idea aproximada de lo acontecido en todas y cada una de las esquinas del Parque, con sus imágenes más gratificantes y más dramáticas no podremos analizar la profundidad del daño sufrido, emprendimos la marcha esta mañana.

La carretera que desciende desde As Neves hasta la Central da Ventureira y que cruza el río Sesín, permite vislumbrar los dos molinos que se encuentran a ambos lados de la vía en perfecto estado, rodeados de verde y con la tierra lustrosa, a una altura en la que el terreno estuvo a salvo de las llamas. Pero al continuar el descenso, dejando atrás el cruce hacia Ribeira, tras una curva, el paisaje es devastador.

A Capela

Eucaliptos

Es a partir de aquí donde empiezan a sucederse las imágenes de los eucaliptales calcinados que han circulado en abundancia por prensa y redes sociales. Confieso que me abrumó la pena al comprobar que, por aquella altura, la vegetación de las fragas estaba empezando a ganarle la batalla al insaciable árbol australiano en el momento del incendio, pues por la ladera derecha era fácil adivinar la característica arboleda del bosque autóctono.

Entre tierras humeantes y el intenso olor a quemado que lo impregnaba todo, continuamos descendiendo hasta deternos junto al inicio de uno de los senderos más frecuentados por los visitantes para llegar al Monasterio de Caaveiro, si bien es cierto que la parte superior del mismo cruzaba entre un sinfín de eucaliptos.


Camino hacia el monasterio

Ante estas imágenes, el temor de lo que me iba encontrar al final del trayecto fue en aumento. Después de todo, es cierto, gran parte de A Capela está arrasada.

Incendio en las Fragas

Pero la explosión de verde al situarme en el medio y medio del puente iluminó nuestros ojos, y el trinar de los pájaros y el discurrir del agua me hizo reencontrarme de nuevo con ese paisaje que tan bien conocía. Allí estaba, en medio del verde follaje, la antigua Central.

Fragas del Eume

La fraga había luchado contra el fuego. Ha sacrificado gran parte de su suelo, de sus musgos; los líquenes han protegido la corteza de sus árboles, y sus copas están verdes, pero la arboleda resistió una embestida conducida por pinos y eucaliptos que ardieron como cerillas.


Fragas do Eume

Fragas
Iniciamos sendero por la orilla izquierda del río, el lado perteneciente al Ayuntamiento de Monfero, y la emoción me embargó. Avanzamos por la fraga intacta, cruzándonos con numerosos insectos, con los helechos del terciario, con numerosas saxifragas, ajuga reptans, babosas...

Eso sí, en la ribera de enfrente, el fuego había arrasado el suelo y llegado a las orillas, pero se mantenían las verdes copas de los árboles. El bosque nos mostraba sus preocupantes heridas.




Fragas

Así que continuamos el sendero con la sensación agridulce de la esperanza, acompañados por el ruido de las fragas, sorprendidos de que, incluso, hubiera zonas en las que el olor a quemado disminuyera intensamente.

Cruce sobre el Eume
La bruja del Eume



Hasta que llegamos a la meiga vigilante del bosque. Frente a ella, la ladera aparecía quemada. Frente a ella, se había detenido el fuego.

No pudimos avanzar mucho más por una cuestión de tiempo, pero los metros siguientes los cubría la negra ceniza junto al sendero. No obstante, esas imágenes oscuras las reservo para mañana, porque hoy, después de tantos días de dolor, mi ánimo regresó con ese halo de esperanza que deseaba compartir con todos vosotros.


Riberas del Eume




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Sobre Silvia Pato

Autora de las novelas «Las nueve piedras» y «El Libro del Único Camino». Redactora de contenidos en diversos medios digitales.

5 comentarios :

albalopezsanchez dijo...

Muchisismas gracias por las fotos Silvia y por compartir el viaje que habeis hecho. Me da mucha alegria ver que no es todo tan negro en esa zona "encantada". Hace que mi corazón esté un poquito menos sobrecogido que estos días. Un bico enorme. Alba.

Silvia Pato dijo...

Gracias a tí, Alba. Eso pretendo. Hay zonas arrasadas, pero hay rincones que resisten. En este iniciado recorrido te diré que es muy extraño, porque no hablamos de todo ese recuadro que ves en los mapas de superficie quemada, dentro de él hay zonas arrasadas y otras que están bien y fuera de él, hay zonas quemadas. La extensión del parque imagino que hará que se tarde cierto tiempo en tener un estudio pormenorizado de las zonas geográficas exactas, porque es una tarea que solo puede realizarse a pie. Y te aseguro que el bosque te recuerda :)
Bicos e apertas.
Silvia

El tejón dijo...

Viendo las fotos se recupera un poco el ánimo, gracias por mostrarlas.
Saludos.

Silvia Pato dijo...

Gracias a todos vosotros por la difusión y el apoyo. Desgraciadamente, en muchas imágenes (como las del descenso) veremos tierras arrasadas y suelos ennegrecidos, pero quiero mostrar todas las miradas para luchar por los parques, para defender lo que queda, para permitir al bosque recuperarse. Bastante profunda es ya la herida, no quiero ni pensar qué habría pasado si se hubiera perdido todo...
Saludos

@reku (Alexandre Ríos) dijo...

Esperemos que se pongan rápido con estás tareas para la recuperación rápida de este paraje.
Hay algunas fotografías que transmiten mucho dolor. Confiemos que la Naturaleza encauce rápido la repoblación.
Un saludo.

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