Estos días de invierno en los que las artificiales luces de colores alumbran nuestras calles, acompañando el presuroso y continuo ir y venir de reuniones, encuentros y compras festivas, mi ánimo anhela la montaña. Recuerdo sus bosques, sus sonidos, sus rocas, su terreno resbaladizo, sus torrenteras, sus barrancos, sus charcos y sus aromas; recuerdo la paz y el sosiego que su sabiduría reporta al alma.
Seguramente por eso, ha venido a mi memoria un hermoso libro: La Montaña (Histoire d'une montagne), del geógrafo francés Élisée Reclus (1830-1905), obra que vio la luz en la segunda mitad del siglo XIX en la misma editorial que publicaba las novelas de Julio Verne. Por ese motivo, no se me ha ocurrido modo mejor de desearos unos hermosos días y unas apacibles fiestas que compartiendo y recomendando su lectura, la cual os recompensará del ajetreo de estas fechas, y cuyo inicio es el siguiente:
Seguramente por eso, ha venido a mi memoria un hermoso libro: La Montaña (Histoire d'une montagne), del geógrafo francés Élisée Reclus (1830-1905), obra que vio la luz en la segunda mitad del siglo XIX en la misma editorial que publicaba las novelas de Julio Verne. Por ese motivo, no se me ha ocurrido modo mejor de desearos unos hermosos días y unas apacibles fiestas que compartiendo y recomendando su lectura, la cual os recompensará del ajetreo de estas fechas, y cuyo inicio es el siguiente:
Encontrábame triste, abatido, cansado de la vida: el destino me había
tratado con dureza, arrebatándome seres queridos, frustrando mis
proyectos, aniquilando mis esperanzas: hombres á quienes llamaba yo
amigos, se habían vuelto contra mi, al verme luchar con la desgracia:
toda la humanidad, con el combate de sus intereses y sus pasiones
desencadenadas, me causaba horror. Quería escaparme á toda costa, ya
para morir, ya para recobrar mis fuerzas y la tranquilidad de mi
espíritu en la soledad.
Sin saber fijamente á dónde dirigía mis pasos, salí de la ruidosa ciudad
y caminé hacia las altas montañas, cuyo dentado perfil vislumbraba en
los límites del horizonte.
Andaba de frente, siguiendo los atajos y deteniéndome al anochecer en
apartadas hospederías. Estremecíame el sonido de una voz humana ó de
unos pasos: pero, cuando seguía solitario mi camino, oía con placer
melancólico el canto de los pájaros, el murmullo de los ríos y los mil
rumores que surgen de los grandes bosques.
La Montaña está disponible, en diversos formatos de descarga, a través del Proyecto Gutenberg, en el siguiente enlace: http://www.gutenberg.org/ebooks/11598
Felices fiestas.
5 comentarios :
Yo echo de menos mucho la montaña. Sus bosques, ríos, plantas, animales, paz... hace ya diez años que no la veo, y me da morriña.
Te deseo que pases unas maravillosas fiestas, en la buena compañía que da la família.
Un saludo.
Areku Desings
Brush Art Designs
Deviantart
Arekusan tumblr
Gracias, Silvia, he descargado el libro para mi Kindle.
Buenas Fiestas y muchos paseos por el bosque.
Belo trabalho que você faz.
Fico muito satisfeito quando
visito este espaço.
Os melhores votos para 2013.
Prazer em vê-lo este ano no klic.
Abraço especial de festa.
Espero que estén siendo buenas fechas.
Un saludo
Feliz año, Erna, gracias por tus visitas y tus comentarios.
Un abrazo
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