Este es un paseo por la historia; un paseo por un lugar inquietante, hermoso y, en ocasiones, olvidado, cuyo origen se remonta a finales del s. XIX y llega hasta nuestros días en un estado de decrepitud que no le resta atractivo.
¿Su nombre? El parque del Pasatiempo. ¿Su ubicación? Betanzos.
El Pasatiempo nació por expreso deseo de Don Juan García Naveira, el mayor de dos hermanos brigantinos que marcharon a hacer fortuna a América y que, al regresar, invirtieron parte de ella en diversos fines sociales.
Don Juan soñaba con crear un proyecto que no tardó en hacer realidad: un parque enciclopédico de estética modernista que diera trabajo a la región, convirtiendo su ciudad en un referente de todas las guías turísticas europeas.
Las obras de construcción comenzaron allá por 1893 y no se darían por finalizadas hasta principios del siglo XX. Noventa mil metros cuadrados de esculturas, estanques, pasadizos y jardines por donde hacer un recorrido geográfico, histórico, social y mitológico de todo el mundo a través de las experiencias de los propios hermanos Naveira en sus viajes.
De esos noventa mil metros cuadrados, y apenas sin modificación, es posible visitar la zona del parque que se extiende, a lo largo de varios niveles, sobre una colina desde la que se divisa la ciudad de Betanzos.
El Pasatiempo puede visitarse de forma gratuita, para lo cual es recomendable echar un vistazo antes a la web del Ayuntamiento, con el fin de informarnos sobre los horarios de acceso, así como del significado que poseen muchos de los restos que encontraremos en él, ya que en su recorrido se echa en falta la existencia de algún tipo de paneles explicativos que indiquen qué había exactamente en alguna ubicación o qué representaba alguna escultura que en la actualidad se encuentra incompleta.
El Estanque del Retiro es probablemente lo que más llama la atención a simple vista cuando uno se adentra en el parque. A su alrededor, diversas escenas representan la historia de la navegación, mientras que al fondo es posible acceder a grutas inferiores que sorprenden entre sus estalactitas con más esculturas. En el centro, un suntuoso templete, flanqueado por un tritón y una sirena, resulta completamente accesible.
La Boca del Hades nos observa desde un lado del Estanque de Salomón, mientras las ninfas recogen las canalizaciones de agua de los pisos superiores.
Las paredes recubiertas de numerosas conchas sorprenden al paseante mientras recorre los caminos hacia el siguiente nivel, al tiempo que seres mitológicos nos observan desde las paredes que nos circundan.
¿Su nombre? El parque del Pasatiempo. ¿Su ubicación? Betanzos.
El Pasatiempo nació por expreso deseo de Don Juan García Naveira, el mayor de dos hermanos brigantinos que marcharon a hacer fortuna a América y que, al regresar, invirtieron parte de ella en diversos fines sociales.
Don Juan soñaba con crear un proyecto que no tardó en hacer realidad: un parque enciclopédico de estética modernista que diera trabajo a la región, convirtiendo su ciudad en un referente de todas las guías turísticas europeas.
Las obras de construcción comenzaron allá por 1893 y no se darían por finalizadas hasta principios del siglo XX. Noventa mil metros cuadrados de esculturas, estanques, pasadizos y jardines por donde hacer un recorrido geográfico, histórico, social y mitológico de todo el mundo a través de las experiencias de los propios hermanos Naveira en sus viajes.
De esos noventa mil metros cuadrados, y apenas sin modificación, es posible visitar la zona del parque que se extiende, a lo largo de varios niveles, sobre una colina desde la que se divisa la ciudad de Betanzos.
El Pasatiempo puede visitarse de forma gratuita, para lo cual es recomendable echar un vistazo antes a la web del Ayuntamiento, con el fin de informarnos sobre los horarios de acceso, así como del significado que poseen muchos de los restos que encontraremos en él, ya que en su recorrido se echa en falta la existencia de algún tipo de paneles explicativos que indiquen qué había exactamente en alguna ubicación o qué representaba alguna escultura que en la actualidad se encuentra incompleta.
El Estanque del Retiro es probablemente lo que más llama la atención a simple vista cuando uno se adentra en el parque. A su alrededor, diversas escenas representan la historia de la navegación, mientras que al fondo es posible acceder a grutas inferiores que sorprenden entre sus estalactitas con más esculturas. En el centro, un suntuoso templete, flanqueado por un tritón y una sirena, resulta completamente accesible.
La Boca del Hades nos observa desde un lado del Estanque de Salomón, mientras las ninfas recogen las canalizaciones de agua de los pisos superiores.
Las paredes recubiertas de numerosas conchas sorprenden al paseante mientras recorre los caminos hacia el siguiente nivel, al tiempo que seres mitológicos nos observan desde las paredes que nos circundan.
Uno de los relieves más significativos es, posiblemente, el que representa la escena del buzo en el fondo del mar, fiel reflejo del anhelo del hermano Naveira a la hora de crear el recinto. Su aspiración era que, mediante el agradable paseo, la gente tuviera la posibilidad de aprender entre mapas, escenas históricas, monumentos del mundo, un zoológico y la representación de diversos avances tecnológicos, como el mencionado buzo.
El panel con todos los husos horarios del mundo también contaba con aquel afán divulgativo en otra de las terrazas, a través de los frondosos jardines.
En la misma zona, sorprende encontrarse con el Árbol Geneálogico del Capital, un curioso organigrama que seguramente hará sonreir a más de uno en estos tiempos modernos. En este punto, cabe la pena señalar que la entrada que los visitantes de principios de siglo tenían que pagar para poder acceder al Pasatiempo, así como lo obtenido por la venta de postales de recuerdo, se utilizaba para financiar el Patronato Benéfico creado en Betanzos por los Hermanos García Naveira, compuesto por las Escuelas y el Asilo de Ancianos.
Una representación del propio Don Juan con su familia, todos ellos a camello, emulando su viaje a Egipto, se encuentra junto a las pirámides, camino hacia la Mezquita de Mohamed Alí, y paso hacia el tercer nivel del parque.
Numerosas son las grutas que hay en esta zona, cuevas que es posible visitar y en las cuales nos tropezamos con dinosaurios en las alturas más insospechadas o íntimos rincones con mesas de piedra. Inevitable
es pensar la inquietud y aventura que debía ser para los ciudadanos de
entonces adentrarse en aquella siniestra oscuridad de piedra.
Ya en el exterior, en la zona superior, el León Colosal ofrece unas estupendas vistas de la Ciudad de los Caballeros, allí donde Don Juan había ideado un parque zoólogico del que ya nada queda.
El estallido de la Guerra Civil, tras la muerte del fundador del Pasatiempo, hizo que su historia empezara a declinar. Betanzos cayó bajo el control de las fuerzas nacionales. El parque, como era de esperar, no fue de su agrado, con todas aquellas estatuas femeninas desnudas, y repleto de referencias a diversas religiones y símbolos paganos. Como consecuencia, una parte fue destruida; motivo por el cual hoy en día descubrimos algunas de las estatuas decapitadas, como las de las ninfas.
Después de la guerra, el Pasatiempo, junto con la fábrica de curtidos de A Magdalena, se convirtió en un campo de concentración para prisioneros republicanos, entre los que predominaban los catalanes, algunos de ellos tan conocidos como Vicente Ferrer.
Y así fue como los lugares más emblemáticos desaparecieron, y el parque se convirtió en una sombra de lo que había sido.
Muchas de las esculturas que se han perdido, como las que conformaban el Estanque de los Papas, la Fuente de Neptuno e Anfitrite o la Avenida de los Emperadores, jalonada por los bustos de todos los emperadores romanos, fueron víctimas de la destrucción o el expolio, e incluso los leones que custodiaban la entrada al recinto se encuentran ahora en el santuario de Covadonga.
Los años fueron pasando, mientras la maleza se apoderaba de todo y los terrenos de sus alrededores servían para el cultivo, hasta que el Ayuntamiento de la localidad se hizo con su propiedad en 1986. A partir de ahí, la parte alta se conservó más o menos como fue concebida, pero el resto fue modificado. La parte baja, al parecer ya irrecuperable, fue utilizada para colocar en su lugar un campo de fútbol, un auditorio, jardines y un parque infantil con un aspecto por completo moderno.
Si habéis llegado hasta aquí, imagino que os interesará saber cuál es la situación actual de protección en la que se encuentra el parque. Pues bien, aunque es frecuente encontrar en todo tipo de referencias que fue declarado BIC (Bien de Interés Cultural) dentro de la categoría de Jardínes Históricos en 1981, lo cierto es que lo se publicó en el BOE de 27 de mayo del citado año fue la Resolución por la que se incoa el expediente de declaración de jardín artístico a favor del denominado «El Pasatiempo», y cuyo apartado segundo estipula continuar con el expediente de tramitación. Muchos pensarán que, desde aquel entonces, tiempo ha habido de sobra para finalizar el asunto y declarar firmemente el lugar como BIC pero, a día de hoy, el expediente continúa abierto y el Pasatiempo sigue en el limbo burocrático.
En noviembre de 2011, los diferentes partidos políticos se lanzaban reproches sobre el mantenimiento del parque y al fin, un año después, la Corporación por unanimidad ha acordado solicitar a la Xunta que declare BIC el Pasatiempo. Lo cierto es que la situación actual asemeja que no variarán las cosas. La Xunta todavía no ha dado respuesta y el parque sigue esperando su tiempo.
El Pasatiempo se diluye a medida que pasan los años. Por más que hubiera habido en algún momento voluntad de restaurarlo, recuperar los colores originales o limpiar sus estanques, lo cierto es que cada vez que uno se acerca al lugar, lo encuentra más deteriorado. Es un hecho lamentable en un parque como pocos hay en Europa, un ejemplo del patrimonio civil que tan poco gusta de cuidarse en esta tierra nuestra.
Cuando otros hablan de cultura, refiriéndose a la protección a toda costa de los últimos productos de la industria, no puedo evitar recordar lugares como el Pasatiempo; lugares que sí responden a ese epíteto de bien cultural e histórico; lugares que vale la pena reivindicar, compartir y plasmar en estas fotografías antes de que desaparezca por completo.
FOTOS ANTIGUAS DEL ALBUM QUE SE VENDÍA EN LA TAQUILLA DEL PASATIEMPO: AQUÍ
MÁS INFORMACIÓN:
CRESPI RODRÍGUEZ, José. El Pasatiempo: un modelo utópico de ordenación. (PDF)
NEBREDA, Marcos. «El Pasatiempo, un sueño indiano que se resiste a morir». El Mundo, 13 de diciembre de 2011.
PASCUAL GIL, Carlos. «Un parque temático de 1914». El País, 15 de enero de 2002.
FUENTE, Vicente de la. Un recluso en Betanzos llamado Vicente Ferrer.
1 comentarios :
Que bonito. Buena lección de historia :)
Muchas gracias.
Saludos.
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