El conjunto histórico de Cambados, declarado Bien de Interés Cultural en noviembre de 2001, conforma una de las villas más hermosas de Galicia. Cuando uno llega a la plaza de Fefiñáns, donde se encuentra rodeado por el pazo del mismo nombre y la iglesia de San Benito, ya es consciente de que una visita pausada al lugar merece la pena.
El pazo de Fefiñáns comenzó a construirse en el siglo XVI por orden de Juan Sarmiento y Valladares,
señor de Fefiñáns y consejero de Felipe II, y no fue finalizado hasta el siglo XVII, bajo las órdenes de su sobrino Gonzalo de Valladares, primer vizconde de Fefiñáns, título
concedido por Felipe IV, y el hijo de este, D. Fernando de Valladares, segundo vizconde de Fefiñáns, en el siglo XVII.
En la planta baja del pazo, se encuentran dos bodegas de vino Albariño: la bodega Palacio de Fefiñanes, donde primero se comercializó con marca y etiqueta, y la bodega Joaquín Gil Armada.
Es un placer callejear entre las piedras
de esta localidad tan bellamente conservada. Miremos para donde miremos,
nuestros ojos descubrirán impresionantes pazos, así como edificios y
esculturas cargadas de historia, a través de sus plazas y alamedas a la
orilla del mar, donde el tiempo parece detenerse.
La biblioteca municipal es uno de esos edificios que encanta al visitante por derecho propio. La Casa dos Fraga, donde se ubica, es una preciosa edificación decimonónica, rehabilitada en el año 2010 para cumplir la función cultural a la que está encomendada. Los cuidados jardines que la rodean presentan esculturas de escritores ilustres, así como de un gran libro con versos de Ramón Cabanillas.
Pero si hay dos lugares que resultan mágicos en Cambados son precisamente los que están en ruinas.
La primera de estas ruinas la configura la Torre de San Sadurniño; restos de una de las fortalezas que constituían las torres de vigilancia que se habían erigido en la ría para la defensa de los ataques normandos y vikingos.
La resistencia y la lucha de sus habitantes contra aquellos ataques provocaron que Fernando II, rey de León, en 1170, le concediera el título de Muy Leal Villa, contribuyendo así a iniciar una etapa de esplendor que tuvo su reflejo en los numerosos pazos edificados en la misma, sobre todo, entre los siglos XVII y XVIII.
La resistencia y la lucha de sus habitantes contra aquellos ataques provocaron que Fernando II, rey de León, en 1170, le concediera el título de Muy Leal Villa, contribuyendo así a iniciar una etapa de esplendor que tuvo su reflejo en los numerosos pazos edificados en la misma, sobre todo, entre los siglos XVII y XVIII.
El segundo rincón de Cambados donde es imposible no verse imbuido por una sentida nostalgia son las ruinas de Santa Mariña Dozo. Situadas en un alto sobre el resto de la villa, a los pies del monte da Pastora, están constituidas por los restos de la antigua iglesia parroquial, edificada sobre una capilla románica del siglo XII. En la actualidad, es el cementerio parroquial, y ha sido declarado Monumento Nacional en 1943.
Álvaro Cunqueiro, enamorado de esta villa pontevedresa, definió Santa Mariña de Dozo como el más melancólico camposanto del mundo.
Desde luego, Cambados es de esos rincones que vale la pena conocer y al que siempre se desea regresar.
MÁS INFORMACIÓN:
SÁNCHEZ PARDO, José Carlos. Los ataques vikingos y su influencia en la Galicia de los siglos IX-XI (PDF)
2 comentarios :
Viendo estas imágenes tan bonitas da ganas de visitar Cambados.
Saludos
Gracias, Erna. Si tienes la oportunidad, no lo dudes. :)
Saludos
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