Las Fragas por la montaña

Después de las imágenes que entre unos y otros  hemos ido compartiendo en la red, realizadas en el mismo Parque Natural de As Fragas do Eume, resulta más fácil hacerse una idea de las zonas afectadas por el fuego y de las extensiones de terreno devastadas.

Con el fin de seguir con la labor y de evitar que caiga en el olvido una noticia que muchos irán sustituyendo en sus páginas interiores y en su memoria por otras más frescas o más utilizables en las cotidianas peleas dialécticas de la sociedad en la que vivimos, recorremos en esta ocasión un tramo de las fragas que se ha conservado, en esas zonas de montaña correspondientes al Ayuntamiento de Monfero que surcan el cañón del río Eume.

Monfero

Cuando recorres esos senderos, la vista al frente no deja lugar a dudas. Al mismo nivel, al otro lado del río, los montes de A Capela están arrasados. Por fortuna, esta orilla se encuentra todavía intacta, siendo fácil encontrar en ella rastros como los de los corzos.

Fragas do Eume

Seguramente, esta sea una de las partes del Parque del Ayuntamiento de Monfero, donde los eucaliptos no lo invaden todo. Y es que es bastante fácil desorientarse por las carreteras del concello buscando los inicios de sendero, una tarea que, a menudo, se convierte en una auténtica aventura. 

Demasiados terrenos están invadidos por plantaciones de eucalipto extrañamente recientes en un parque natural, siendo esta masa forestal una de las principales fuentes económicas del municipio. De hecho, días antes del incendio, una compañía papelera había firmado la compra de miles de toneladas de eucalipto con asociaciones del norte de Galicia. Tampoco olvidemos que el espectacular Monasterio de Monfero no se encuentra dentro de los límites del Parque.

Pero la parte montañosa que no ha sido invadida por los eucaliptos es una auténtica joya para visitar, un rincón que a menudo se antoja desaprovechado, por su escasa difusión y deficiente señalización, para montañeros, escaladores, senderistas y los amantes del medio que nos rodea. Tal vez, si entre todos valoráramos más nuestro espacio natural, si vieran los beneficios que acarrea una gestión bien llevada en cuanto su conservación, uso y disfrute, como sucede con otros hábitats, no serían tan habituales esas posturas de rechazo que frecuentemente nos encontramos en los medios.

Esperemos que esta desgracia haga reflexionar a propios y extraños para solventar la ausencia de los planes necesarios para su protección. Esperemos que no cambie todo aparentemente para que todo siga igual.
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Sobre Silvia Pato

Autora de las novelas «Las nueve piedras» y «El Libro del Único Camino». Redactora de contenidos en diversos medios digitales.

1 comentarios :

@reku (Alexandre Ríos) dijo...

Esperemos que se haga conciencia y no vuelvan a suceder estas desgracias.
Muy buena labor la que estáis haciendo.
Un saludo.

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